Hola chicos y
chicas, ¿cómo estáis? Esperamos que lo estéis pasando en grande estas
navidades.
En fin, hoy os
traemos una nueva entrada en nuestro especial navidad, ésta trata sobre lo mala
que es la dependencia. Y no solo hablando de objetos y lo material. Sino también
hacia las personas. Es malísimo depender de algo o de alguien porque, paraos a
pensar un segundo. Si parte de tu vida o de tu felicidad depende de ello, ¿qué
va a pasar cuando ese objeto o esa persona ya no estén? ¿Te derrumbarás? ¿Perderás
las ganas de vivir? ¿Desperdiciarás tiempo de tu vida en estar triste? Sabemos
que puede sonar muy dramático y bastante melancólico pero es la realidad.
A ver,
centrémonos. Vamos a hablar primero de la dependencia que tiene nuestra
sociedad hacia lo material. Por ejemplo, el móvil. Ese objeto del que no
podemos despegarnos. Fijaos, mucha gente, al levantarse lo primero que hace es
revisar el móvil para saber si tiene algún mensaje o para consultar las redes
sociales, que están en continuo movimiento incluso por la noche. Esto no
debería de ser así. No deberíamos depender de un objeto absurdo. Somos personas
que nos estamos convirtiendo en robots. Tenemos que recuperar la esencia
humana. La de antes. Esa que te levantabas un domingo por la mañana, bajabas a
desayunar con tu familia e intercambiabais más de dos palabras. Tenemos que
recuperar la comunicación con personas. No tras una pantalla. Ahora, decidnos
cuantas veces habéis entrado en un bar y habéis visto a un grupo de amigos
todos con el móvil si ni siquiera mirarse a los ojos. Sin intercambiar ni una palabra.
Creemos que
deberíamos hacer una reflexión de una de las cosas más bonitas de la vida y que
estamos dejando escapar. Las personas.
Después también
tenemos la dependencia hacia ciertas personas. Ésta puede ser incluso peor que
depender de un objeto. Pensad, ¿qué significa dependencia? Significa estar
subordinado a un poder. Es decir, que no puedes valerte por ti mismo. Que no
eres capaz de vivir sin esa persona, y eso es HORRIBLE. Hablemos de las
relaciones, ya sea una relación con un familiar, de pareja o amistosa. En el
momento en el que no puedes estar sin esa persona, no quieres relacionarte con
los demás, todo tienes que hacerlo con esa persona… en ese preciso instante, es
cuando eres dependiente de una persona. Eso solo te cierra puertas. Puertas
para experimentar, para vivir, para descubrirte a ti mismo…
En realidad, la
vida se basa en eso. En nacer, crecer y morir. No desperdiciemos tiempo de
nuestra vida en cerrarnos a una sola persona. Vivid como queráis. Haced lo que
queráis, cuando queráis y si queréis. Y recordad, nunca dejéis que vuestra
felicidad dependa de alguien o de algo. Que vosotros valéis mucho más que eso.
Dejadnos en la
cajita de comentarios qué os ha parecido la entrada de hoy y si habéis tenido
una experiencia similar a lo que hemos debatido. Sentiros libres para opinar lo
que queráis. Por cierto, no os preocupéis por la seguridad, podéis hacer un
comentario poniendo anónimo o simplemente enviándonos un correo. Gracias sois geniales.
Un besazo y feliz
navidad!